viernes, 4 de junio de 2010

The Times They Are a Changin

Otro año más que supura de mi cara grasa. Ahora ya poseo un maldito y redondo cero.

La primera metáfora que torna por mi mente al volver la cabeza hacia atrás,(cosa inevitable dado el día) es que quizás soy un como ese hierro incandescente, moldeado por cada suceso persona, y cada lugar. Todo ha dejado una profunda mella en mi.

Por un lado Madrid, reino de mi infancia, astillada y anudada, junto a los cordones de mis zapatos. Mis calzados siempre duraban dos días, pues no aguantaban mis patadas al balón, pero quizás eso daba igual, lo importante no era vestir bien, sino más bien lo contrario. Por una década estuve en contacto con lo divino, pero al final Murillo le pegó una patada al cielo. Otra cosa que recuerdo es el sabor de esa remolacha en bote, la cual al principio yo amaba pero al final acabé detestando. Pero no solo eso fue mi infancia, también esos antiguos amigos desaparecidos del mapa, como mi inseparable Miguel Ángel, Ascensión, o los de la plazoleta, no sé qué será de vosotros pero espero que permanezcáis por siempre jóvenes como diría Bob Dylan.

Por otro lado, se alza Estepona (Málaga), pueblo que fue testigo de la etapa de transición en mi vida, de los cambios radicales y profundos que fui testigo. Nuevas personas, nuevo mundo, forma de actuar, y comunidad autónoma. Todo muy diferente a lo que había visto, pero en fin no hay que asociar el cambio con lo negativo. Todavía recuerdo esas tarde de mayo en la playa con mi familia, ese continuo despellejar de piel, de muda, y de caparazón.

Y por otra parte está Jerez, la ciudad del calor y testigo de mi actual personalidad. Todo empezó en ese instituto nuevo que inauguré, en esa equivocación de clase, en esos primeros recreos en los cuales conocí a mi loco amigo Juanpedro, en fin que voy a decir el que no sepa, ya casi diez años de amistad, y tan frescos como el primer día. Muchos grupos de amigos pasaron por mi vida en estos años, gente de lo más variopinta , a la vez que efímeras modas adolescentes, libros de literatura, y formas de empuñar la pluma. En mi rebeldía siempre tuve a mi familia, no sabría escribir todo lo que tendría que contartarte respecto a ella , todo lo que no he dicho aún y me he callado, pero una palabra me puede bastar Gracias.

Por último está Sevilla, cuna de mi formación universitaria, de mi búsqueda de la madured, lo erótico, o lo artístico. Mucha gente me rodea ahora mismo en estas tierras, pero solo algunas merecen ser alagadas, que decir de James de Olivares, de todos esos periodistas, de mis colegas de la facultad , o de algún personajillo que estoy conociendo ahora .
http://www.youtube.com/v/YNpgnojMG-4