lunes, 28 de julio de 2014

Violado por el tiempo en realidad soy violado por ti. Sé que no me lleva a nada romper las mordazas de cuero, escupir a la fila de pañales, maldecir tu nombre.  Estoy condenado y siempre fue así y al fin lo supe.  Dame más fuerte, golpéame la cara, escúpeme,  átame a esa cama. No necesito ya el rollo de papel de aluminio, ni una caja en la que guardar cosas que en realidad no significan nada. Sigue azotándome. El tiempo no es el eterno retorno que decía ese estúpido de Heráclito,  más bien es una línea discontinua que une tu ojo; pero no te engañes, el vacío existe a veces.  Ahora es época de bonanza y puedes arrancarme la polla a bocados si te apetece. Pero cuando llegue al límite del trazo y ya no esté situado en la línea es cuando volveré a venderme, a ver porno,  a escribir, a llamar la atención.


Méteme un dedo por el culo, méteme más cosas, hazme sentir que soy alguien con la mente abierta que no recuerda el pasado. Pero todo es mentira, con mucho que intentes abrir miras,  siempre serás el desgraciado elitista que se dedica a observar el bosque de acacias