domingo, 31 de agosto de 2014

Sin llaves

1.

Corta, corta, corta
control,
Jerez control.

¿Y el móvil ese?
lo perdí.
¿Y las llaves de las puertas?
las he vuelto a perder.

2.

Las larvas se reproducen,
ahora.
Babas de queso mohoso,
pringan Schopenhauer.

3.

Despistes,
muchos,
eso es el presente,
cerrojo presente.

4.

Con la llaves llamaría,
llamaría a los que viven,
viven su vida.

5.

Queda la navidad entera,
sin llaves
o concentración.

6.

Toc,toc,toc
mentira,
no hay toc,toc,toc.

7.

Internet,
música
y ordenador.


8.

No hay espacio vital,
nada,
ese es el p(r)o(bl)ema.


Puede que seamos caldo de la incendiaria revolución y que nuestros cerebros nunca nos pertenezcan. Puede que los continuos golpes de viento nos arrastren y lleven a territorios insospechados mientras somos víctimas de debacle generacional. Puede que el intervalo de tiempo de eso que hacemos llamar “futuro” se vaya estrechando cada vez más hasta que al final se convierta solo en segundos. Puede que mañana esté muerto y te veas obligado a subsistir de las pequeñas colillas tiradas por el suelo. Puede que la revolución incendiaria sea viento de colilla y debacle generacional. Puede que nuestro tiempo sea un golpe de viento que nos lleva a un futuro insospechado de muerte.

Puede que solo seamos meros espectadores de nuestra vida. Puede que mañana me inyecte heroína o que me convierta al fin al budismo.  Puede que mi próxima paja sea pensando en la preciosa calva de Antonio Resines, mi calvo ideal. Puede que al fin Paulo Coehlo pida perdón por sus libros. Puede que vuelvas a mí. Puede que el terremoto de alta escala que esta noche vendrá sea producido por una hoguera de latas de Coca Cola.  Puede que jamás vengas, ni me recuerdes.  Puede que seamos meros espectadores de Paulo Coehlo.  Puede que  el terremoto nos azote mientras bebemos latas de Coca Cola con Antonio Resines.  Puede que mi calva fuese producida por mi alma llorando todas las pérdidas.

Recemos una plegaria por todos los quizás, por todo el cemento que se ha ido deshaciendo mientras nos labrábamos una vida. Nunca podremos vencer la infinita fuerza absurda del “puedes” por ello solo nos queda contemplar cómo se van  formulando frases y remplazándose continuamente por otras mejores y más originales.  Nada será nuestro, por ello guardemos un minuto de silencio por todo lo arrebatado.  

“Oh alabado señor, te he maldecido tantas veces que ahora ni siquiera puedo odiarte”

miércoles, 27 de agosto de 2014

Al fin capté el mensaje de las termitas y nunca pararé de maldecirme por ello. El cemento no existe, ni existirá nunca, por eso todas las casas son proclives a la invasión de las hormigas blancas. Es mejor no pensar en este asunto y construir los cimientos de tu hogar con madera quebrada como si no pasase nada. No puedes evitarlo, la celulosa es materia orgánica y tiene que volver a la naturaleza. Aunque quizás la verdadera  plaga de tu hogar eres tú. 


No busques más sitios en los que asentarte y opta por una filosofía nómada, así te ahorrarás ver como se destruye todo lo que una vez te perteneció. Sodomiza tu alma mientras vas buscando el próximo sitio en el que dormir. Juntos volveremos a nuestra verdadera naturaleza, sin estamentos morales que nos impidan desarrollarnos.  Por las noches podremos cazar, tengo un quit de flechas de curare.  Ven conmigo, no lo pienses más.  Nada de lo que te rodeaba existió. Asume tu condición, tus limitaciones, el influjo de tu líbido. Tu vida hasta ahora fue insidiosa, lo sé. Jamás tendrás que pensar más en construirte un futuro, ni tendrás que defender a diario tu casa tirando piedras. Únete a mí, sé que perdiste todo, solo puedes ganar ahora.

martes, 19 de agosto de 2014

Donde el silencio habite y estemos al fin conjugados el uno con el otro. No tendremos que limarnos las encías por unos puñados de gusanos maltrechos de nuestras entrañas. Una hoz jamás volverá a ser símbolo de muerte y no tendremos que aguantarnos los unos a los otros. Desconocernos será una bendición así como adoptar los nuevos medios.

Yo solo digo una cosa “púdrete”. No necesito tus palabras ni tu estúpido complejo existencial. No necesito que me saludes ni que me cuentes cuál es tu artista favorito. Mientras me hablas de supuestas afinidades estoy regalando mi hígado a una perrera. Mientras te sientes vacío por no encontrar alguien con tu supuesta profundidad estoy jugando una partida al mus tirado en el césped. Mientras ofreces tu cerebro al occidente y sus caprichos me estoy haciendo una paja a tu costa. Y aunque estés perfectamente conectado con la naturaleza humana, sus problemas y realidad eres mera materia en descomposición.

No eres nada, ni lo serás nunca y lo sabes. No hace falta que sigas cogiendo el brazo al mendigo que dice que te adaptes. Jamás entenderás el fin por el cual fuiste creado. Solo te queda ofrecer tus brazos a Dios  y preguntarte si alguna vez encontrarás el amor o se solucionarán los problemas en el mundo.


Oh Dios, dame un vaso con mate, necesito encontrarme de nuevo en Argentina. Necesito huir de los caprichos mundanos. Sé que tú guardas mescalina para que te vuelva a ver en Buenos Aires. En Tucumán una vez me dejaste plantado y tuve que recurrir a un romance de largo recorrido. Cuando todo terminó doné mi cuerpo a la coincidencia y el degaste. Y ahora que me di cuenta de todo volví a rezar pero no a ti sino para el árbol de acacias que cultivo de hace más de 20 años. Acúname bajo tus suaves brazos, sabes que siempre fui el rey de los bichos.