martes, 3 de marzo de 2015

Ella:

Diecisiete años:
el lomo del mundo en tus costados, 
la fe pagana, 
los libros inversos de Camus,
ovarios tirados a la basura,
educación de costras,
sonrisa quemada,
tu propio yo en tres piezas. 

Las consecuencias:
parar eternamente,
aguantar,
luchar por ellos
bañarse en benzodiazepinas.
Pero no temas,
esos días están enterrándose,
con lotes de medicamentos genéricos,
papeles de divorcio
y pubertad de instituto. 
En esta encruzijada podrás escapar,
reclamar tu soledad.

Él:

Jamás podré pagar la deuda,
anular la conciencia,
no sentir tu dolor y cadenas
o devolverte a tu tierra. 
¿Soy yo o eres tú?
esa duda metafísica me aborda siempre, 
cuando subo en el metro,
cuando pido mi comida,
cuando me pongo el preservativo,
cuando invento un mito,
cuando te miro.

Ya me voy,
tengo un molde de pasteles con cianuro,
para todo desaprensivo que te roze
o te ofrezca un cuarto fragmento de yo. 

Ya me voy,
gracias por todo.