sábado, 11 de abril de 2015

Es un cohete. Shock inicial tras el giro alrededor de la tierra. En esa silla de rueda metálica siempre tendrás el control del mundo. Cuando te quedes sin gasolina tratarás de emular esa foto del desnudo que nunca llegó. El verano vestido y en soledad siempre se repite. Pero tras las jubilación será peor y uno o dos planetas estarán desocupados. No los ocupes, es aburrido.

Quizás mires el suelo y vuelvas a dormir de nuevo en él. Tantas veces has/he maldecido que las primeras y terceras personas se mezclan en esta (nuestra) historia de insomnnio. No hay un genio dentro de ti.  ¿O quise decir dentro de mi? Aunque puedes seguir disimulando de que hay fines médicos en esas exploraciones a fondo. VETE. Mentira me voy yo en breve. Fotos de ti desnudo como recuerdo ¿o mías? MIERDA, ME HE VUELTO A CONFUNDIR. Todo el mundo se está besando. ¿A qué no te acordabas de eso?  He puesto ese aforismo en un contexto que no era el original (en realidad es el original).

Siempre queda internet y sus turbios brazos. Siempre queda fingir una profundidad espacial que no te corresponde. Siempre queda el piloto automático en tus palabras. Siempre quedan esos datos sin fondo. Siempre queda arrancarte la cara y ofrecérserla a los monos. Siempre queda el desayuno que no desayunas y la comida que se va en cafés. Siempre queda dudar sobre trastornos. Siempre queda el recuerdo de la ciudad romana. Siempre queda...

BLAH, BLAH, BLAH. No eres capaz de plasmar la imagen, no sabes de pintura. YO TAMPOCO SÉ. Es un  juego dialéctico cuyo resumen es:

-¿Cómo fue el día?
-Bien (mal)
-¿Estudiastes mucho?
-Sí (no)
-Mañana me pones los zapatos
-Ok

Hay muchas verdades en nuestras mentiras rutinarias. Si algo tenemos en común es que nos quemaremos por el fóforo blanco secretado por nuestro páncreas.