lunes, 9 de noviembre de 2015

Yo,
he vivido en las sombras,
en la ciudad borrosa,
mendigando,
buscando
en la penumbra
de camas sucias sin manta,
amarillentas.


Yo
he estado despierto dos años,
hablando con lobos mudos,
asustado
vendado,
negándome,
recordando,
perdido.

Yo,
he cargado con el peso,
conviviendo con el adiós
con tu marcha,
confuso,
en lo terrenal
de mis piernas,
mordidas.

Yo,
he descendido a lo mundano,
queriéndote en otros
en fantasías de plomo
donde no conocía a nadie
y me robaban las llaves,
todas las noches,
duendes.

Yo,
ahora que no soy yo
u otro yo,
raquítico,
he vacíado mi mente
matado mi semen
y llegado a la verdad
o mentira.


Yo,
no dejes que sea yo,
mátame
reclama tu trono de araña
o quémalo
pero no hagas ruido,
duermo.


Yo,
ahora lo sé
y vienen los jinetes,
reclamando mi vuelta
al nido
para curarme de ser yo
y alejarme
de ti.