domingo, 3 de diciembre de 2017

He querido a todo el mundo
y ahora no existo.
He querido a todo el mundo
y ahora no existo

No entiendo nada,
ya no sé si tiembla el suelo
o si pierdo el equilibrio;
ya no sé cuando terminará
o cuando terminaré.
Temblar,
saltar al vacío,
proyectar trauma,
demoler.

Sé que me escuchas,
soy tu aliade
y te quiero
pero eres herida,
ojalá pudiera unirme a ti.
Perdóname por no saber verbalizar,
todo es difícil
y el acero siempre está presente.
Tu brillo metálico
estará conmigo en mis peores noches,
me librará del zodiaco.

Ojalá nos supiéramos montar en auto
ojalá supiéramos decir que No,
ojalá pudiéramos tirar piedras,
pero no es el caso,
huyamos,
vivamos con los insectos
en lo alto de un árbol
y perdámonos en el maldito bosque,
allí el amor duele menos.


viernes, 27 de octubre de 2017



Paredes que tiemblan,
morados,
respiración acelerada,
yacer inconsciente en el suelo
¡ARDE LA SANGRE!
Hora de la verdad:
las varices llegan a la yugular,
“no tengo nada que perder”
dije mientras arrasaba el huracán


Maletas a la calle,
no estoy preparade para el invierno
pero me arropa el autismo,
soledad fragmentada o
párpados que tiemblan


¿Cómo te llamabas?
¿Alguna vez el oro fue un gato?
¿La dignidad se compra?


Golpea la lluvia,
ya no me acuerdo de nada
ya no me acuerdo de nada.
Me gustaría que estuvieses viva,
que pudiera recordarte,
contar contigo,
que pudiéramos romper las cadenas;
me quedé sole en todo esto.
Quiero que sepas que no te odio,
pero no quiero acudir a mi memoria,
a tus mantas,
a tu café de las mañanas.
No te preocupes,
el brazo está intacto
la repetición me salva.


Me voy,
me declaro huérfane,
de nadie
y a la vez de todes.
Si alguna vez ves el sol brillar
acuérdate de mi,
te quiero.

sábado, 13 de mayo de 2017


Hoy soñé con la muerte,
caras que menguan
en días de cemento,
donde no hay comunicación
y los radares se encuentran.

Vino el descanso,
la  ruleta rusa
y no tenía flores
y mis piernas temblaban.
¿Por qué vino?
¿Por qué ahora?
Tengo miedo,
solo dos vínculos me atan
y tambalean.

Hoy soñé con la muerte
y tres margaritas en mis piernas,
las antorchas.
Soñé,soñé soñé
apenas balbuceaba
era indescifrable
no emanaba de mi
y desperté con la vida
¿Por qué?

domingo, 23 de abril de 2017



Golpea el viento
las ventanas resisten
la cafetera no funciona,
no hay luz:
arde la niebla,
hoy tampoco es día de despedida.

La puerta es alargada
y es donde se tejen los círculos,
las acacias.
Sigue golpeando el viento contra los cristales,
ayer llovía,
mientras los niños jugaban a la guerra,
inconscientes,
llenos de moretones.

Ojalá se fuese el viento
existiese el karma,
no se escribiesen cartas
o el tiempo pusiese todo en su sitio,
ojalá.

Y he visto tan fuerte el viento últimamente
que creía que eras tú
en ese cuento que me leístes una vez
en aquella riña banal que olvidé;
pero no eras tú
y se cambiaron los papeles,
en este clima eterno,
donde el café es de sobre,
el TFG espera,
los cuidados priorizan.

El huracán se irá
volveremos a ser,
hay remedio.

El huracán se irá
volveremos a ser,
hay remedio.

jueves, 2 de marzo de 2017

Estoy reconciliándome con mis miedos, las personas, el gritar. Estoy en lo alto del anden, sé que partiré, sé que llegaré a otro lugar donde seré otra vez nadie y donde una y otra vez tiraré la misma moneda al suelo. Estoy en la cumbre, ese precipicio de verdades, mi yo disfrazado de múltiples formas. Estoy donde no quiero estar, rodeado de bolas rojas que me atrapan. Estoy de mirando el tren con carita de pena. Estoy auténticamente confundido.

¿Por qué dejé de hablar con mi mano derecha? no lo sé pero cuando me repito esa pregunta más de tres veces vuelvo al entresueño donde el gran chamán me regaló el peyote de verdad, donde no era todo una identidad más, donde no hacía falta chaqueta.  Ayer intenté hacer una plegaria en honor a todas las traiciones que he cometido, a todas las personas que se quedaron en el camino, pero no pude, me temblaba demasiado el cuerpo. No pude contener la respiración tres veces y eso que mis dedos estaban cortados y volví a uno de mis "yo" machacados. No pude acercarme al pájaro carpintero que me regaló mi abuelo. JODER, si ayer me acordé de cuando en mi colección no había ningún loro parlanchín y era más aburrida.

No sé si ahora es mejor tener loros, aunque estoy reconciliándome con uno de ellos al cual engañé el otro día. En la roca los aves no mienten (ese es su delito), allí puedo abordar el precipicio de otra forma, inventar nuevas historias mientras miro la caída. Dicen que la distancia al suelo es de 26 km, pero yo pienso que deberían de dejar esa misma regla porque pronto serán 27 km, nada es estático. Y mientras tanto: vuelo, soy el águila, sé que pronto vendrá una presa nueva.

domingo, 29 de enero de 2017

Caen las torres azules
y yo en mi casa
presumiendo