mascando cloro,
indagando en las costuras de mis dedos
Me acostumbré a octubres de calor,
antinaturales
y ahora viene el frío,
la normalidad,
tiemblo.
Y Sevilla me acogía,
abrazaba el cambio climático,
procastrinaba,
buscando amor.
No me mires,
no tengo ropa de abrigo,
ni clave de matrícula
o verdades que contar.
No me mires este mes ya no es mío,
ni de nadie.
no tengo ropa de abrigo,
ni clave de matrícula
o verdades que contar.
No me mires este mes ya no es mío,
ni de nadie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario