viernes, 27 de octubre de 2017



Paredes que tiemblan,
morados,
respiración acelerada,
yacer inconsciente en el suelo
¡ARDE LA SANGRE!
Hora de la verdad:
las varices llegan a la yugular,
“no tengo nada que perder”
dije mientras arrasaba el huracán


Maletas a la calle,
no estoy preparade para el invierno
pero me arropa el autismo,
soledad fragmentada o
párpados que tiemblan


¿Cómo te llamabas?
¿Alguna vez el oro fue un gato?
¿La dignidad se compra?


Golpea la lluvia,
ya no me acuerdo de nada
ya no me acuerdo de nada.
Me gustaría que estuvieses viva,
que pudiera recordarte,
contar contigo,
que pudiéramos romper las cadenas;
me quedé sole en todo esto.
Quiero que sepas que no te odio,
pero no quiero acudir a mi memoria,
a tus mantas,
a tu café de las mañanas.
No te preocupes,
el brazo está intacto
la repetición me salva.


Me voy,
me declaro huérfane,
de nadie
y a la vez de todes.
Si alguna vez ves el sol brillar
acuérdate de mi,
te quiero.

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