domingo, 10 de abril de 2011

Pelucaman

Despertar y sentir el hielo en tus entrañas. Deambular por la calle, la facultad, por tu habitación, y ver que te faltan ases bajo la manga. Pero por fortuna existen barqueros en Hades y manos extrovertidas jugando al póquer. Sin esas manos expertas no existiríamos, porque somos escurridizos,no hacemos ruido y rondamos en lo abstracto, estúpido, afín y cercano.

¿Amigo a ti también se te cayeron los dientes de leche? ¿ los guardaste?, probablemente no, preferías dárselos al ratón de las monedas. Sin embargo yo no, los dogmas me bañaban de mal olor y por ello guardé toda mi dentadura en una caja lejos de la bolsa de basura.

Ahora posees ahora uno de los dientes de mi infancia. Puedes si quieres golpearte un ojo con él, conservarlo con arsénico, emblanquecerte con él una costilla , e incluso tirarlo. Yo lo usaba para mostrárselo a la gente, al igual que mis ojeras ocasionadas por la anemia; siempre me he recreado en mis enfermedades y problemas…

No olvidamos los dientes de leche porque ellos nos muestran que fuimos una pasta que se fue moldeando….Nos añoramos demasiado, vivimos en el mundo de la incertidumbre, necesitamos un fino hilo que una nuestro collar de cuencas... Nuestro ritmo de vida nos hace imposible apreciar el vacío, desnudarnos, no ser elitistas, invertir nuestro tiempo en ver secar la humedad e incluso tener el mínimo resquicio de ideales. Nos creemos sucios, pero no sabría decirte yo...

¿Somos absurdos?. ¡Mierda!. Caos hipocondriaco cerebral. Ordenemos un poco las ideas; esquivemos a locos que dan abrazos y a gente que te pide monedas, serenémonos en la alameda, volvamos al café la Fídula, busquemos elefantes en una noche, ¿Cuándo me presentareis a pelo-enfermo?, ir a conciertos de Tito Mc está bien, al igual que hablar de reventados, ¿porqué nos gustan los museos?, robemos a maquinas expendedoras, odio los cines porno, pero no a los Gandhi Kids. Negro, puta, pero negro de amor…

¡Bailemos de negro!, ¡me siento eufórico! el oxígeno me oxida y deforma los pies . El aire es historia que huye de nosotros en su longitud, pero que nosotros ignoramos porque no la necesitamos. Siempre preferimos escribir sobre papeles en blanco y no contemplar la muerte.

¡Bob Dylan muere!, y mientras tanto solo pensamos en peinarnos como él. Yo por desgracia no puedo tener el pelo largo, aunque puedo tomar tu cabello y hacerme una peluca a lo Bob Dylan; se que no te importaría eres mi amigo. Ian Curtis en cambio ya está muerto, pero se dejaba flequillo como yo, y gracias a que me lo distes a conocer no me encuentro mal con mi peinado. Don Delillo hablaba de submundos, quizás nosotros intentamos vivir en uno alcantarillado.

Estoy cansado de estar siempre en lo alto, necesito adentrarme en las alcantarillas y conocerlas bien, acompáñame. En nuestro viaje no nos taparemos la nariz y nos bañaremos de olor subterráneo. Compartiremos ese momento; no te preocupes si no hay nadie que te de fuego, llevo mechero encima. Pasearemos sin inquietarnos en silencio; no nos hace falta hablar. A mitad de camino encontraremos un universo ácido, en el cual nos disolveremos y quemaremos. Perderemos nuestros pies, nuestras manos, el abdomen, los genitales…. Solo quedarán nuestros cerebros, y un amasijo de neuronas que los interconectará. Viviremos en un mundo bucólico, en el que no hagan falta palabras bien escritas para comunicarnos.

¿Acaso algún párrafo de este texto está interconectado con el siguiente? Sinceramente me da igual no hay nada peor que ser un cuerdo en un árbol de acacias (¡nos tenemos!).

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