viernes, 22 de abril de 2016



Las grandes conexiones,
la nada.

Prometo que he huído
cuando la tibia luz,
sobre mi
deshacía las articulaciones
aferradas
a gatos persas
enterrados dentro del golfo.


Prometo que soy un mentiroso
que anda sobre el estanque
buscando peces
pese a comer solo yerba,
caducada.

Prometo que no creo en ti,
ni en mi,
ni en nadie,
que no sé resolver tus dudas
ni las mías,
ni las de nadie
porque estoy en el limbo,
entre el cielo y la tierra
buscando el argumento definitivo.

Conforme más conexiones pierdo
más me uno a Dios
y a sus juramentos.
Las personas se van
y yo me quedo en el divino yermo
donde una hogaza de pan es veneno.

Ya lo tengo claro,
Dios vino a salvarme
a entregarme a las serpientes
y sacarme del círculo.
Por eso rezo
a una figura antropomórfica
y sus desarticulaciones,
soy débil,
lo siento.

Ven,
sé que me escuchas,
en los cielos
donde solo hay ratas.
Ven,
te regalo mis vísceras
mi último "te quiero"
y el primero.

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