miércoles, 29 de junio de 2011

Las 11 de la mañana. Me acabo de levantar. Comienzo a escribir. Hace un calor infernal. Todos tienen planes, yo me derrito mientras tanto con el aire del ventilador. La inspiración a muerto hoy , las palabras se burlan de mi. Dejo un rato el lápiz, no me sale expresar mi frustación con un lenguaje poético. Todo en un mes se ha derrumbado; mi carrera, vida familiar, la posibilidad de mantener sexo con algunas personas, algunas amistades, mi capacidad de dormir... Pienso en esto continuamente y cuando estoy fuera intento poner buena cara, a la gente no le importa las personas avatidas. No soy capaz de ser ingenioso, la ironía se vuelve contra mi.

Ante la falta de espectativa de salir a la calle, me pongo una película para acelerar el declive del día. Me aburro. He visto tanto cine que para mi ya no es una diversión. Cojo un libro pero hoy no tengo paciencia para leer. Mi guitarra está fuera. Escucho el Réquiem de Mozart mientras soy víctima de las redes sociales. Os observo virtualmente, pero personalmente no me reporta nada. Es más me gustaría tener alguna motivación para dejar de hacerlo. Pero no, hoy Sevilla está vacía.

Son las 12 salgo a comprar algo de comida, sin darme cuenta me gasto más dinero de la cuenta. No hay alcohol entre mi compra [...]
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No puedo seguir escribiendo, no tengo ganas, quizás después termine mi relato, mientras tanto me voy a dar una ducha para refrescar mis ideas.

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